miércoles, 30 de mayo de 2007

SEAMOS TESTIGOS DEL EVANGELIO

Las lecturas del domingo, 20 de mayo de 2007 fueron: Hechos 1, 1-11; Efesios 1,17-23; Lc. 24, 46-53.

La ascensión es una experiencia de los dicípulos de Jesús. Una experiencia de la glorificación de Jesús y del envío recibido para ser testigos de todo lo que habían vivido con él.

La ascensión es el culmen de la vida de Cristo entre nosotros; Jesús ya vivió y nos dio testimonio del Padre, ya murió y resucitó consiguiéndonos la salvación, ahora regresa al Padre, de donde ha vendo para glorificar al Padre y ser glorificado por Él.

Esto marca el comienzo de la Iglesia. Como primera comunidad de dicípulos de Jesús, sus seguidores están llamados a dar testimonio de Él, pero para eso Jesús les pide que esperen el cumplimiento de su promesa, es decir, que esperen el envío del Espíritu Santo. De esta manera, nuestra fe en la ascensión no exige creer que Jesús se elevó físicamente hacia el cielo (la realidad o el simbolismo de este heco no es importante), más bien la fe en la ascensión exige creer que Jesús, que vivió, murió y resicitó, ha regresado a su Padre y como Hijo intercede por todos nosotros para que demos testimonio de Él.

¿Cómo vivir hoy este misterio de la ascensión? Creo que la ascensión nos marca el final de la búsqueda. ¿A quién voy buscando yo en vida? Jesús buscó a su Padre y al final se encontró con Él. ¿Con quién nos encontraremos nosotros al final de nuestro caminar? ¿Con el dinero, con la pereza, con la indiferencia, con un Dios que sirve sólo para sacareme de los problemas, con una vida de placeres infinitos, con mi soberbia,...? Todos estamos llamados a llegar a Dios, nuestro Pdre, pero para ello Jesús nos marcó un camino: "sed testigos de su Evangelio". Si lo hacemos, entonces nos encontraremos con nuestro Padre, con el mismo Padre con quien Cristo se encontró. Sin embargo, no podemos olvidar que para lograr esto debemos recibir el Espíritu Santo. Por eso Jesús les pedirá que esperen recibirlo antes de hacer cualquier cosa. Porque Jesús sabe que sin la presencia del Espíritu, que es el Amor, nadie podrá acercarse al Padre ni cumplir su misión de hijo.

jueves, 17 de mayo de 2007

DIOS QUIERE ESTAR CON SUS HIJOS

Las lecturas del domingo 13 de mayo de 2007 fueron: Hechos 15, 1-2. 22-29; Apocalipsis 21, 10-14. 22-23; Jn. 14, 23-29.

La primera idea que saltaq a la luz en este Evangelio es que Jesús nos promete venir a nosotros y hacer de nuestra persona su morada, es decir, su lugar de habitación. Ante esto podríamos preguntarnos algo muy sencillo: ¿Dónde está Dios? ¿No es el cielo o el Sagrario su morada principal? Pues no. En realidad son nuestras personas su lugar más íntimo, nuestro interior se ha convertido, según las palabras de Jesús, en la más grande Catedral que se le pudiera haber erigido.

Así, por el Espíritu Santo hemos sido dispuestos para recibir a Dios; el Espíritu es quien nos explica y nos enseña las palabras de Jesús, es quien nos purifica y nos plenifica para vivir como digna morada del Señor.

Por último, Jesús termina dándonos la paz. ¿Cómo no vivir con gozo y paz cuando sabemos que hemos cumplido la palabra del Señor? Es la paz fruto de nuestra relación con Dios, paz que no significa ausencia de conflictos sino más bien habitación de Dios en nosotros. Qué lejos nos sentimos muchas veces de esta realidad. Vivimos a un Dios lejano, ¨que está allá arriba¨o ¨escondido en el Sagrario¨. Creo que hemos metido a Dios en lo más lejano a nuestra vida cotidiana para que nos deje vivirla y sólo lo queremos ver cuando nos acercamos a esos lugares sagrados, ¨separados¨. Sin embargo, Jesús nos invita a una vida completamente distinta: a una relación de intimidad, con un Dios que quiere estar con sus hijos, que quiere compartir los gozos y las dificultades que ellos experimentan, ese es el Dios de Jesús. ¿Por qué dejarlo fuera de nosotros entonces? ¿No será que nos da pena que contemple nuestras vidas de cerca, o que nos sintamos ¨falsamente¨ indignos de su presencia? ¿Cómo vamos a ser indignos si somos su misma creación, fruto de su amor, la misma imagen suya?

Esta semana, déjate habitar por Dios; esfuérzate por vivir su Palabra, por vivir el Amor que Él nos pide y déjate habitar por el mismo Dios que te ha creado y te mantiene vivo. Para ello, tendrás que perdonar a quien no lo has hecho, callar las críticas que tan fácil te salen y amar como Dios mismo te ha amado a tí.

domingo, 6 de mayo de 2007

Homilías dominicales y mapa de la parroquia en la Web

Queridos hermanos y hermanas,

Ya están disponibles en la página web de nuestra parroquia las homilías dominicales, comenzando con la del pasado domingo, 29 de abril de 2007.

Y también...¿necesitas decirle a alguien cómo llegar hasta la parroquia? Ya le puedes explicar con un mapa delante.

Visita: http://www.parroquiasantaluisa.net y podrás ver todo esto.

Que el señor siga colmando de bendiciones a todos.

¿Qué charlas te gustaría que hubiese en la parroquia?

Queridos hermanos y hermanas,

Durante Cuaresma tuvimos en la parroquia unas charlas que nos ayudaron a capacitarnos para el amor en pareja. Viendo la buena acogida y la ayuda que estas han sido para muchos hermanos, creemos que sería una buena idea tener más a menudo charlas sobre distintos temas.

Necesitamos tu ayuda para identificar cuáles son los que más interesan a nuestra comunidad. Para ello, te pedimos que hagas click con tu mouse en la palabra ¨Comments¨ al final de estos párrafos, y dejes un breve comentario acerca del tema que te gustaría escuchar y por qué.

Recuerda, en la parroquia hacemos VIDA juntos, y nuestras necesidades son muy variadas. Los temas no tienen que ser sólo relacionados a temas espirituales, aunque por supuesto los trataremos desde una perspectiva cristiana. Así que, ¿qué área de tu vida necesitas fortalecer? ¿Qué crees que sería de beneficio para los hermanos?

Muchas gracias. Recibe un afectuoso saludo en el nombre de Jesús.

Padre Ricardo

NUESTRO AMOR ES FRUTO DEL AMOR DE DIOS

Las lecturas del domingo 6 de mayo fueron: Hechos 14, 21b-27; Apocalipsis 21, 1-5a; Jn. 13, 31-33a.34-35.

En el Evangelio de hoy encontramos el comienzo del discurso de despedida que Jesús hace con sus discípulos en la Última Cena. Parecería como un testamento que Jesús quiere dejar a sus discípulos antes de partir. Esto le da una importancia muy especial a las palabras del Maestro.

Salta a la vista inmediatamente la característica principal que Jesús da a sus discípulos: saberse amados y amarse los unos a los otros. Esto no es solo una característica moral, saberse amados por Dios y amarse unos a otros es parte constitutiva de nuestro ser cristiano. En ese sentido no es equiparable al amor que otras personas no cristianas pueden vivir. La diferencia esencial está en que nosotros vivimos el amor porque PRIMERO NOS SABEMOS Y NOS SENTIMOS AMADOS POR DIOS, por lo tanto, nuestro amor por los demás es fruto del amor de Dios y no sólo un gesto humanitario de nuestra parte.

Vale la pena preguntarnos hoy: ¨¿En qué fundamentamos nuestro ser cristiano?¨ Es decir, ¿por qué nos decimos discípulos de Cristo? Todos podemos decir: ¨porque somos bautizados¨, o tal vez ¨porque vamos a misa¨, o tal vez, ¨porque estoy en un grupo apostólico¨, o los más dirán ¨porque mis padres y mis abuelos lo son...es decir, por tradición.¨

Al escuchar este Evangelio, ¿podremos seguir diciendo lo mismo?

Se cristianos significa sabernos amados por un Dios que se encarnó entre nosotros, vivió, murió y resucitó por nosotros, sabernos amados por un Dios al que le importamos tanto que no escatimó ni en su propio Hijo para que nosotros comprendiéramos su Amor.
Y en un segundo momento, ser discípulo de Cristo significa amar como somos amados, perdonar como somos perdonados por Dios, ser solidarios como Jesús lo fue con nosotros. Nadie da lo que no tiene, por eso Dios nos ama primero, para que como cristianos compartamos ese Amor que primero recibimos de Él.

Acerquémonos a recibir el Amor de Dios. Si estás batallando para amar a alguien, para perdonar a tu pareja, a tu padre, a un amigo(a), o a quien sea; acércate primero a Dios, pídele ese Amor, esa misericordia para que entonces la puedas dar tú también.

¿Cómo acercarse a Dios? En silencio, búscalo en la Biblia, en el Santísimo (en el Templo), en un rato de meditación, rezando el Padre Nuestro. Como tú quieras, pero búscalo y Él te encontrará.