martes, 30 de enero de 2007

EL AMOR NUNCA PASARÁ

Las lecturas de este domingo 28 de enero son: Jeremías 1, 4-5. 17-19; 1 Corintios, 12, 31--13, 13; Lc. 4, 21-30.

Como escuchamos en la primera lectura, el profeta ha sido enviado por Dios para anunciar y denunciar, aunque esta misión puede costar el rechazo y la propia vida. No es que Dios quiera que maten a los profetas, sino que su denuncia inquieta tanto que la sociedad busca mejor eliminarlos para poder seguir caminando en sus vicios.

Ese domingo, sería interesante analizar las actitudes de los demás ante la propuesta de Jesús: en un primer lugar se admiran ante su sabiduría y sus acciones; paso seguido, al ver que su actuar les incomoda, buscan errores o maneras de desacreditarlo; al no poder hacer esto, buscan deshacerse de él.

Pensemos esto en nuestras vidas y en nuestras relaciones. ¿Cuántas veces hemos realizado nosotros lo mismo con algunas de nuestras relaciones? Llega una persona que nos llama la atención, comenzamos por ser sus conocidos, después sus amigos, pero a lo último termina por molestarnos y buscamos alejarnos de él o ella. Generalmente alguien nos molesta cuando nos dice nuestras verdades, cuando denuncia nuestros errores y no nos ayuda a seguir en nuestros vicios. Lo más triste es cuando esto sucede con seres muy cercanos como nuestro cónyuge o nuestros padres. En un principio el amor es intenso, creativo, fecundo; después se vuelve tedioso, insoportable, desconocido; y por último buscamos alejarnos, ignorarlo o ¨desecharlo¨.

Pongamos atención a la segunda lectura de este domingo: ¨el amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor dura por siempre¨. Estas son las relaciones a las que estamos llamados; relaciones comprometidas con la felicidad del otro, que soporten hablarse con la verdad, incomodarse de vez en cuando si es necesario; pero siempre convencidos que el verdadero amor está más allá de las diferencias.

¿Cuántos no andamos buscando el ¨don¨ de profecía o el don de lenguas? ¿Cuántos no andamos pidiendo dinero y salud? Empecemos mejor por pedir el don del amor, que todo lo demás pasará.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre el Padre Ricardo nos obsequio con una prédica preciosa. Que suerte la de nosotros el haberlo conocido y tenerlo como párroco de nuestra Parroquia. Para mi eso es una bendición de Dios.

Hoy 11 de febrero nos enseñó que debemos pedir la gracia de confiar enteramente en el Señor, de levantarnos de todo aquello que podría mantenernos como muertos aunque estemos vivos, vivir es la gran Victoria en nombre de Jesús.

Aprender a pedir la gracia de no permitir que las circunstancias nos arrebaten la dicha de saber que Dios está con nosotros.