miércoles, 11 de abril de 2007

TESTIGOS DE LA LUZ DE CRISTO RESUCITADO

Las lecturas del Domingo de Resurrección, 8 de abril de 2007 fueron: Hechos 10, 34a. 37-43; Colosenses 3, 1-4; Jn. 20, 1-9.

Vivimos quejándonos de que el mundo que nos rodea cada día está peor, estamos rodeados de una cultura de la muerte, de una sociedad egocentrista en muchas de sus actitudes, materialista en su escala de valores, y poco profunda en sus ideales. ¿Cabe aquí un anuncio de Cristo resucitado? Claro que sí.

Somos nosotros los cristianos los que debemos de dar testimonio de la esperanza del resucitado, de su anuncio claro y determinante: ni la muerte, ni el pecado, ni el sufrimiento, ni la injusticia tienen la última palabra; es Cristo quien los ha vencido y si nosotros estamos dispuestos a seguir su camino, venceremos junto con Él.

CRISTO HA RESUCITADO.

Este ha de ser el anuncio que resuene en lo profundo de nuestros corazones todas estas semanas. Cristo ha resucitado, y nosotros somos testigos de ello: pero ¿cómo ser testigos de esto? Haciendo que quien se sienta muerto (el hambriento, quien se siente solo, quien no tiene qué vestir, los presos, quien no se siente aceptado por nadie, la relación que necesita de tu perdón, etc.) encuentre la VIDA en tí. Tenemos que cambiar de actitud para con los demás, no podemos vivir tristes, rencorosos e indiferentes.

La Pascua es un tiempo de alegría, de gozo profundo, de caridad expresa, de solidaridad gozosa; estos cincuenta días que celebramos la Pascua, cambiemos de actitud; volteemos a ver al necesitado, vivamos con gozo y paz, pues el Señor ha resucitado y el pecado ha sido derrotado. Seamos testigos de la Luz que Cristo Resucitado nos ha brindado un día como hoy.

No hay comentarios.: