martes, 19 de junio de 2007

PENTECOSTÉS - EL ESPÍRITU SANTO ES VIDA EN NOSOTROS

Las lecturas del domingo 27 de mayo de 2007 fueron: Hechos 2, 1-11; 1 Corintios 12, 3b-7.12-13; Jn. 20, 19-23.

Hoy escuchamos dos narraciones sobre cómo recibieron los discípulos al Espíritu Santo. En la primera lectura, Lucas nos da una visión mucho más desarrollada de lo que significó este hecho; y en el Evangelio san Juan nos narra un acontecimiento más íntimo. Sin embargo, en ambas narraciones encontramos los elementos más importantes de este acontecimiento:

los discípulos reunidos; el viento (signo de vida nueva); el fuego (signo de purificación) y la predicación (constitutiva de la Iglesia).


Estos cuatro elementos nos sirven para comprender en dónde está el corazón de este gran acontecimiento. ¿Cómo vivir hoy esta fiesta de Pentecostés? Definitivamente no podemos pensar que vivir esta fiesta hoy es buscar los mismos signos externos descritos por la Sagrada Escritura. Pero sí es necesario renovarnos en nuestro compromiso por vivir la Nueva Vida en Cristo; por purificarnos de nuestros pecados y renovar nuestro esfuerzo por proclamar la Palabra de Dios. Si aceptamos que nuestras familias son el núcleo de nuestra Iglesia; que cada familia es un reflejo de toda nuestra Iglesia; tendríamos que empezar por hacer un buen examen de conciencia ¨en familia¨:

¿Cómo hemos dejado actuar al Espíritu Santo en nuestras relaciones, en nuestras actitudes hacia los hijos, los padres o los demás?

Debemos recordar que quien construye la Iglesia es el Espíritu Santo, pero sin nuestra cooperación su acción se ve debilitada. Por lo tanto, podríamos decir que nosotros somos ¨co-constructores¨ de este gran Reino que es de Cristo. ¿ Cómo está nuestro compromiso con los más necesitados, con la predicación de la Palabra, con la purificación de nustras faltas?

Durante este tiempo, vivamos intensamente nuestro compromiso como cristianos, haciendo presente al mismo Espíritu que nos introdujo en la vida de la Gracia.

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