domingo, 25 de marzo de 2007

CRISTO SEÑOR DE PERDÓN Y DADOR DE VIDA

Las lecturas del domingo 25 de marzo de 2007 fueron: Isaías 43, 16-21; Filipenses 3, 8-14; Jn. 8, 1-11.

El Evangelio de Juan nos comparte este pasaje de una rica experiencia de Cristo como Señor de perdón y dador de vida. Los fariseos y escribas habían asumido la autoridad y la capacidad no sólo de interpretar qué estaba bien y qué estaba mal, sino de juzgar, castigar y matar al ¨pecador¨. Estos fariseos y escribas encarnaban la imagen del pueblo que no viendo la viga en su ojo, pretendía quitar la paja en el ojo del prójimo.

Ante esto, Jesús se presenta como el único capaz de juzgar, Él era el único que no tenía pecado. Pero aquí está precisamene la revelación central, Él no ha venido a juzgar para condenar, sino a juzgar y dar vida. Lo que a Dios importa es que su pueblo viva y viva plenamente (el símbolo de Israel como la adúltera es utilizado repetidas veces por los profetas, por lo que también se podría ver al pueblo de Dios reflejado en esta mujer). Por eso, Jesús no deja de reconocer el mal que había cometido aquella mujer, pero se muestra como el dador de vida, como el que ¨resucita¨ a esta mujer de la muerte a la vida. Su poder de juzgar no lo usa para matar sino para dar vida.

Jesús presenta a Dios como el Ser Supremo en el amor, en la misericordia, en la vida. !Su fortaleza no es su capacidad destructora sino su fidelidad a la vida!

¿Cuántas veces hemos querido asumir el papel de Dios? Juzgando, condenando, o borrando de nuestras vidas a quienes han cometido un pecado. Recordemos que sólo uno es capaz de juzgar y ese es Dios, el que no tiene pecado. Además que si Él juzga, no es para condenar sino para dar la vida, perdonando, exhortando, acompañando y fortaleciendo al pecador.

¿Por qué nos sentimos más seguros y más fuertes cuando podemos juzgar a los demás siendo que Dios ha hecho todo lo contrario?

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